Si la oreja de Van Gogh hacen pop suave, del tipo de música que suelen poner, en la sala de espera del dentista, Los Bazos (a secas, lo de Picasso es un agregado para el título del comentario) hacen básicamente rock’n’roll, con cierta cadencia sureña, del que se suele encontrar en algún tugurio de carretera y tras una primera entrevista hecha tiempo atrás con el grupo Los Brazos, empañada por un zumbido muy molesto en la conexión telefónica, que hizo casi imposible su audición, en esta ocasión el diablo se puso de nuestra parte, pudiendo hacer una entrevista mas correcta y radiable con la banda de Bilbao, eso en cuanto al sonido, en cuanto al contenido quienes suelen escuchar el programa, ya saben que en Letal Age, nada es serio, formal, ni correcto, situación a la que la gente de Los Brazos como buena banda de rock’n’roll, se han adaptado sin problemas y sin ningún esfuerzo y mientras Los Brazos, continúan haciendo mover las piernas de la vasca al ritmo de su música, en el mundillo de la política oficial, esta semana destaca la gala que como todos los años hacen periodistas (por lo menos así se hacen llamar) y diputados (eso es lo que se supone que son) con la novedad de la incorporación en dicha gala, de los nuevos actores de esta comedia política meidática-institucional y allí estaban todos, periolistos, franquistas, rufianes y pablones, como si de una toma falsa se tratara, pero no lo era, riéndose las gracietas unos a otros, intercambiando, bromas, aplausos y algún que otro beso, pero que nadie se ponga nervioso, ni se inquiete, porque tras este “lapsus” demostrativo de camaradería y buena sintonía entre supuestos “rivales” producto del embriagador espíritu navideño, todo volverá a la “normalidad” y quienes en la gala parecían amigos festejando un cumpleaños, regresarán a su habitual juego el gato y el ratón, no vaya a ser que la gente comience a sospechar que todas esas disputas y diferencias aparentemente irreconciliables, no son más que una parodia y que en realidad, salvo honrosas excepciones, todos son ramas de un mismo árbol, partes de una misma sardina, enlatada por separado y con diferentes etiquetas, así que no os preocupéis, ha trincar tranquilos, que una vez disipado el dulce encantamiento navideño, volverán de cara al público, los discursos machacones y las peleas de congresing catch, que harán las delicias, de creyentes y votantes.