Nostalgia empresarial

El Sr Largo quiso sentir que era eso de comer como la plebe y se zampó un menú d once euros en un bar de carretera, parece que no le gustó demasiado porque tras la experiencia, volvió inmediatamente a su vida monárquica, si quisiera completar el proceso de proletarización, debería viajar en metro en hora punta, quedarse sin luz por falta de pago, comprar la comida de oferta en el súper más barato, comprar ropa de rebajas en un mercadillo e ir de vacaciones al balcón de su casa, pero hay otro que le permita a su majestad completar la experiencia de como viven sus súbditos, es el proceso de marginalización, son los que no toman el metro, porque no tienen trabajo, a los que no les cortan la luz, porque no tienen casa, los que “compran” la ropa y la comida rebuscando en la basura y los que se van a tomar el sol y echar la siesta al banco de una estación de tren y mientras el Sr largo se plantea una vez más, solo por diversión cambiar el jamón pata negra, la langosta y la crema de trufas y nueces de Macadamia, por el salchichón, el atún de lata y tomate frito, el ballenato del círculo de la mafia empresarial, piensa en voz alta y dice, que el trabajo fijo y seguro, son conceptos del siglo XIX, bueno habría que decirle a este lumbreras explotador, que el trabajo fijo y seguro, sería una proyección de futuro, de los que en el siglo XIX, padecía esclavitud que si que era fija porque era para toda la vida y también segura, porque aquel esclavo que intentase rebelarse e intentase escapar seguro le pegaban un tiro, o lo engrilletaban para azotarle por su osadía, esa es la nostalgia de la mafia empresaria que suspira por regresar a los parámetros laborales del siglo XIX, algo que ya han conseguido mantener en otras partes del mundo, en donde el trabajo nunca a cambiado y siempre ha sido esclavo, pero que nadie se altere, porque si se concretasen los deseos nostálgicos del presidente del círculo mafioso de empresarios, nuestro apreciado monarca, se acercará de tanto en tanto, para comer con los esclavos y les dirá que sean felices que España es una gran nación, los esclavos tras la jornada laboral de quince horas y de comer un suculento plato de arroz sin nada para acompañar y después de despedir a su rey de regreso a su palacio, se irán a dormir a sus literas apiladas en un sótano agradecidos de tener un trabajo ,que les permite comer un plato o medio plato de arroz al día.y se dormirán pensando que dentro de cuatro años habrá elecciones, en el que podrán votar al próximo capataz, que como todos los capataces complacerán y servirán a sus jefes, con devoción y mano dura, pero eso no tiene porque afectaros, también pesar que en el pasado los esclavos no podían votar, pero ahora si que pueden, porque no todo será penurias y desolación, ser esclavo en la España del siglo XIX, tendrá sus ventajas.

 
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